Veinte años después

Chávez en Plaza Caracas

Alguien me pregunta cómo me siento hoy, 20 años después de uno de los días más felices de mi vida.
Pues, infinitamente agradecido con la vida. Me considero un hombre muy afortunado. Toda mi generación lo es. Mucha gente viene a la Tierra y no tiene la fortuna de vivir y protagonizar una revolución. Verla, tocarla. Es la experiencia más maravillosa que hay. Enamorarse, tener un hijo, etc., son experiencias que no tienen comparación. Pero el maravilloso acto colectivo de hacer una revolución, tampoco. Los que vinieron después de aquel 6 de diciembre son, sin duda, los mejores años de mi vida, y me hace muy feliz saber que también de la vida de millones. Hoy me siento orgulloso de esos millones, hombres y mujeres con virtudes y defectos, que antes no existían, y que con la revolución fueron y son. Solo un pueblo así puede soportar lo que hoy soporta. Creen que nos van a derrotar con humillaciones y privaciones. Eso, al contrario, envilece a nuestros enemigos. Y ponte tú que nos derrotaran, una y cien veces. ¿Quién nos quita lo bailao? Lo que hemos logrado ya quedó para siempre tatuado en el alma nacional. De allí las futuras generaciones sacarán fuerzas para continuar esta pelea que estamos dando hoy. ¿Cómo me puedo sentir? Feliz. Me siento feliz.

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