Más allá de los partidos hay un vasto y extraordinario universo de pueblo politizado con Chávez. El mismo que fuera convocado el 1 de mayo por el presidente Nicolás Maduro para que hiciera posible la Constituyente.
Ese pueblo eligió a Ángel Prado, comunero de El Maizal, su constituyente por el municipio Simón Planas, en el estado Lara, con el ochenta por ciento de los votos. Y ahora decidió que debe ser su alcalde.
Desconociendo la voluntad popular, el PSUV decidió otra cosa. En respuesta, el pueblo de Simón Planas recogió nueve mil firmas e inscribió a su candidato. Solo hacían falta mil trescientas. Pero no contaba con un obstáculo: Ángel Prado no tiene el respaldo formal de un partido.
Precisemos: el comunero es el candidato de la mayoría de los militantes del PSUV en el municipio. Pero no tiene el respaldo formal del partido en el que militan. Por tal motivo, parece que Ángel Prado no podrá ser candidato.
Valga acotar que el pueblo de Simón Planas no quiere a Ángel Prado en la alcaldía porque ya no le importe la Constituyente. Todo lo contrario: tiene la esperanza de que el proceso constituyente le permita recuperar ese espacio y ponerlo al servicio de la gente.
En Simón Planas no hay una disputa entre partidos que pone en riesgo la unidad revolucionaria. Lo que se expresa es exactamente el mismo conflicto histórico que hizo posible la emergencia del chavismo: ese que enfrenta a una clase política inmensamente corrompida, como la que ahora mismo ocupa la alcaldía, con la inmensa mayoría del pueblo. Con el agravante de que esta clase política corrompida se hace llamar chavista.
No hay disputa entre partidos en Simón Planas. Como en todas partes, el pueblo está harto de las disputas entre partidos. Lo que hay es pura iniciativa popular. Iniciativa popular que, en términos estrictamente electorales, asume la forma de iniciativa propia.
Es la iniciativa propia de los iguales, de los comunes, disputándose los espacios con la iniciativa ajena de un reducido grupo de políticos corrompidos que tiene el poder del partido, y lo ejerce contra el extraordinario y vasto universo de pueblo politizado con Chávez.
El mismo que hizo posible la Constituyente.
El PSUV en rebelión, interna es triturado por la maquinaria electorera, que prevalece crecidamente por un inmenso número de empleados de alcaldía y de otras instituciones públicas. Expresados como EPP y estado mayor de alimentacion. Estructura llamada a reorganización, que no se moverá. Se engulle a toda opción diferente y es considerada irreverente. Solo veo a Eduardo Piñate, haciendo intentos de conservar la democracia a lo interno, con claridad en los planteamientos.
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En las redes… y en Épale. Pa esa voy.
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