Por cuatro lochas

(Segunda contribución con semanario digital Supuesto Negado. Salud).

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Lorenzo Mendoza cool control de cambio

Cuando Chávez ganó las presidenciales de 1998, las reservas internacionales se ubicaban en 14.577 millones de dólares.

Según el Banco Central de Venezuela, las reservas internacionales “son los recursos financieros en divisas con los cuales cuenta un país para garantizar los pagos de los bienes que importa y el servicio de la deuda, así como para estabilizar la moneda”.

Nuestras reservas internacionales provienen, fundamentalmente, de la venta de petróleo.

El 1 de febrero de 2001, pocos meses antes de que iniciara la conspiración abierta de la oligarquía contra el proceso de cambios, las reservas alcanzaron un pico (para entonces) de 21.342 millones de dólares.

El año anterior había comenzado la lenta pero progresiva recuperación de los precios del petróleo, en buena medida gracias al liderazgo político asumido por Chávez en el seno de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), instancia que hasta entonces parecía condenada a desaparecer. Durante la campaña electoral de 1998, la meritocracia que controlaba la industria petrolera venezolana planteaba expresamente que el país debía retirarse de la OPEP. En general, se manifestaba abiertamente hostil contra cualquier control del Estado sobre la renta petrolera.

El día que Chávez fue derrocado, en abril de 2002, las reservas habían disminuido a 15.213 millones de dólares.

Al momento de iniciar el paro-sabotaje petrolero, el 2 de diciembre del mismo año, contábamos con 15.788 millones de dólares en reserva.

Cuando Chávez toma la decisión de establecer el control de cambios, el 22 de enero de 2003, las reservas habían disminuido a 13.758 millones de dólares, es decir, 2.030 millones de dólares menos.

Decía Chávez aquel miércoles de enero de 2003: “No puede gobierno alguno permitir, a riesgo de que se venga abajo el país, que las reservas internacionales desaparezcan… Con las reservas internacionales es que un país se asegura, por ejemplo, su capacidad para importar. Bueno, si aquí nos quieren sabotear los abastecimientos de comida, ¿con qué importamos?… Con dólares. ¿De dónde salen esos dólares? De las reservas internacionales que son de todos los venezolanos y que están en el Banco Central de Venezuela, quien los custodia”.

El mismo día, se refirió a la medida de control cambiario “como un torniquete, porque si no lo hacemos, se nos van las reservas internacionales. No tendríamos capacidad para importar ni comida ni bienes, ni tampoco para pagar… o cumplir los compromisos internacionales que tiene el país, ni para asegurar la estabilidad cambiaria. El país se vendría abajo, pues. Pasaríamos a ser esclavos. Comenzarían entonces en el mundo a decir: ¿cuánto vale Venezuela? Véndanme a Venezuela. ¿Por cuánto? Por cuatro lochas”.

Una semana después, desde Apure, manifestaba: el control de cambio “se mantendrá mientas sea necesario, mientras tengamos una oligarquía depredadora que intenta llevarse la moneda de los venezolanos. Estableceremos un control de cambio, porque esa plata es de la República, esa plata no es de los oligarcas”.

El brutal ataque que hoy sufre la economía venezolana es, en esencia, el mismo que ya sufrió cuando el paro-sabotaje de 2002-2003. A diferencia de entonces, la dirigencia antichavista no ofrece un parte de guerra televisivo al final de cada jornada. Por eso, entre otras razones, se trata de una guerra que no parece guerra. Por eso, todo aquel que hable de guerra económica (término acuñado por el propio Chávez) será víctima de ofensas y burlas. Es una guerra no declarada. Una guerra normalizada.

Mientras tanto, hace muy pocos días, el 22 de abril de 2016, contábamos con 12.632 millones de dólares en reservas internacionales. Una cantidad menor, incluso, a la de diciembre de 1998, lo que habla muy elocuentemente de la magnitud del daño provocado a la economía venezolana.

Ahora imagine cómo estaríamos si el gobierno bolivariano eliminara el control de cambios. Estaríamos listos para ser vendidos por cuatro lochas.

Una respuesta a “Por cuatro lochas”

  1. GRACIAS A DIOS Y ACHAVEZ QUE TOMO ESA SABIA DECISION
    ESE AÑO 2003,TAMBIEN AL PRESIDENTE NICOLAS MADURO QUE SIGUE GUAPEANDO EN EL GOBIERNO…DIOS NOS BENDIGA a NUESTRA BELLA PATRIA VENEZUELA….

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