De regreso a la patria, declaro mi indeclinable voluntad de celebrar por adelantado el feliz día en que finalmente desaparezcan esos seres grotescos, ruines, que merodean en la calle Florida de Buenos Aires, y que ofrecen sus servicios como raspadores de cupos. Mercaderes de tercera, vividores, se hacen distinguir, como si su desfachatez no bastara, porque portan una gorra tricolor, idéntica a la que el comandante Chávez usara por primera vez hace años, con motivo de algún acto político con la clase media, y que luego, en su inútil esfuerzo por parecerse al chavismo, adoptara un Capriles Radonski que marchaba a la derrota inevitable. Vergonzosos personajes estos, los fulanos raspa cupos, con quienes tendríamos que establecer todos, sin excepción, una relación diametralmente opuesta a la complicidad. Funestos seres, excrecencia del capitalismo rentista, uno de los últimos eslabones de la oligarquía lumpen que nos tocó en suerte padecer, están allí para mostrarnos, cual si hicieran de espejo, lo peor de nosotros. Viveza un carajo, es la patria que se nos muere en esos bufones que van de tricolor para escarnecernos, para que nos resignemos a la idea de que la única soberanía es la del dinero. Si hoy tenemos patria es porque desde 1989 logramos que mordieran el polvo una y otra vez, y la seguiremos teniendo porque los reduciremos a su mínima expresión. Y no es una advertencia. Es lo que se dice cuando la patria duele, no me jodan. Una declaración de guerra. Un juramento.
Reinaldo. Saludos. Me atrevo a pensar que la realidad que vivimos es tan capitalista y tan salvaje que cualquier oportunidad es vista desde adentro y desde afuera como una forma de agotar todo el esfuerzo que hizo, hace y hará este gobierno nacionalista para avanzar. Creo que los mismos fondos buitres son una expresión más grande de las miserias del capitalismo, que en su salvajismo y voracidad se come las raíces que deberían servir para alimentar a las plantas que deberían dar frutos para ser el verdadero alimento. Creo que faltan muchas lunas por pasar hasta que el ser humano vea que lo importante está sobre lo urgente. Saludos.