Hace veintiún años entró Chávez a nuestras vidas, prometiéndonos pelea en el mismo momento en que se rendía. Desde entonces ya no se rindió más nunca. Ni siquiera aquel 8 de diciembre, cuando nos avisó que partía a librar lo que sería su última batalla. Se despidió cantándole a la patria. Con alegría en su rostro de humanidad golpeada por la enfermedad. Por eso, por tantas cosas vividas, por tantas victorias inesperadas, inolvidables, casi inconcebibles, es imposible dejar de sentir esta infinita gratitud, aun en medio de esta tristeza honda y que por instantes amenaza con llevárselo todo, para con el hombre que se fundió en nosotros y nosotras y nos hizo mejores hombres y mujeres. Hoy sabemos lo que significa la dignidad. Por eso hoy me siento honrado de haber vivido estos años maravillosos, de haber sido testigo y protagonista, de haber militado y trabajado con y para un hombre tan humano.
Hoy te lloramos, Chávez, porque nos duele tu dolor de hombre, tu agonía. Pero cómo celebremos haberte conocido, haberte tenido entre nosotros.
Vives en nosotros.
Esto es sólo el comienzo.
A quienes corresponda, la sugerencia: ahórrense sus peroratas sobre la «transición» o el «post-chavismo». No sigan insultando nuestra inteligencia. No sigan intentando en vano ponerle nombre a lo que no conocen porque nunca lo reconocieron. En estos días tendrán una oportunidad irrepetible: ver cómo se desparrama por la calles ese torrente que es el chavismo.
Al pueblo chavista: no rendirnos jamás. A seguir enfrentando cada circunstancia con alegría.
Hace ya veintiún años. Y esto es sólo el comienzo.
No puedo parar las lágrimas hermano. Un gran abrazo.
¡Pa’lante Comandante! ¡Ahora te toca llevar la revolucion bonita
al cielo!
Amigo querido, vengo a dejate aquí un abrazo fraterno, vengo con este dolor coñesumadre, perdóname por eso, y bueno he encontrado tu palabra tan sabia. Sí, sí debemos agradecerle y sentirnos honrados de haber compartido este tiempo. VIVA CHÁVEZ, compañero.
Reinaldo
Estamos en luto y en lucha, doble condición bien conocida por las y los revolucionarios.
Desde cuando en Colombia vimos por primera vez en televisión su rostro digno anunciando el «por ahora» y nos enfrascamos en un debate con los compas sobre el real significado de su acción y de su gesto, Chávez se metió en nuestras vidas y repotenció las ganas de lucha y de combate.
Hoy, con lágrimas en los ojos, reafirmamos la lealtad con el pueblo venezolano y su proceso, en el terreno que toque.
Un abrazo,
Por esas cosas inexplicables coincidimos con la derecha de que Chávez es la revolución, pero se equivocan si creen que la Revolución es Chávez. Este pueblo alcanzó el Punto de No Retorno, Por ahora es para siempre. Hoy tenemos patria y nadie no las arrebata. Miserable burguesía, el pana no los dijo muy claro, la lucha es de clase. Si se atreven asuman su peo, nosotros y nosotras asumimos el nuestro.
Un abrazo enorme.
Gracias por sus sentimientos, pensamientos y acciones justas, pintadas en las elocuentes palabras del otro saber y poder.¡Amor, con amor se paga!