Para eso es que son los hermanos


Quizá no todos los que han visto «La revolución no será transmitida» (The Revolution Will Not Be Televised), de Kim Bartley y Donnacha Ó Briain, estén al tanto de que el título del documental se inspira en una pieza del músico, escritor y poeta negro estadounidense Gil Scott-Heron (1949-2011), de quien se dice es uno de los precursores del hip hop. 

En efecto, The Revolution Will Not Be Televised es la pista inicial del primero de los discos de Scott-Heron, de 1970, una joya llamada Small Talk at 125th and Lenox. Pero es de la tercera pista, «Hermano» (Brother), de la que quería contarles.

En la breve intro de Brother, Scott-Heron explica que el poema cantado se inspira en la actitud de algunos negros revolucionarios en Harlem a finales de los 60, que se paraban en las esquinas a predicar la buena nueva sobre la revolución que se avecinaba, y para lo cual había que estar preparados.

«Nos ocupamos demasiado de los aspectos externos, hermano / siempre afros, apretones de manos y dashikis… / siempre el hombre lee a Mao o Fanon… / parados sobre una caja en la esquina, hablando de liquidar al hombre blanco… / llamándole a este hombre Tío Tom y diciéndole a esta mujer que se deje el afro / pero no le hablarías si ella luciera como el demonio, ¿o sí lo harías, hermano? / Algunos de nosotros hemos estado observando tus actos muy de cerca / y hasta ahora nos parecen un tanto flojos… / Fue demasiado fácil para ti olvidarte de que eras un «negro» antes de Malcolm / Paseabas a tu novia blanca por el barrio todos los viernes por la noche… / Necesitas organizar tus bancos de memoria, hermano / Muéstrale a ese hombre que llamas Tío Tom por qué está equivocado / Muéstrale a esa mujer que llamas hermana que eres un hombre negro sincero / Todo lo que necesitamos es verte cerrar la boca y ser un negro / Ayuda a esa mujer / Ayuda a ese hombre / Para eso es que son los hermanos, hermano».

Está claro: no basta con haber visto «La revolución no será transmitida» y sabérsela de memoria. Lo decisivo es aprender de lo vivido y estar prevenidos contra quienes tanto se ocupan de lo superficial: las mismas consignas siempre, el uniforme, las mismas lecturas manualescas. Jefecillos que hablan del pueblo ignorante o la burocracia, según sea el caso. Hacerles saber que los estamos observando; que se comportan como rémoras. Recordarles lo que eran antes de Chávez. Explicarles que de nada vale llamarse «revolucionarios» si siguen actuando como politiqueros. Exigirles que cierren la boca, que se hagan a un lado, si es que ya no tienen nada qué ofrecer.

Para eso también son los hermanos. Bróder.


[youtube http://www.youtube.com/watch?v=oxWiMHrrPok]

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=sV3Y6rInV7E]

2 Respuestas a “Para eso es que son los hermanos”

  1. Hola Reinaldo,Voy a mi hacer mi comentario en dos partes. Primero, respecto a tu mención de The Revolution will no be televised. Y después, sobre el objeto de tu artículo, el poema/canción Brother.Una vez más, gracias a tus artículos descubro esas cosas que hacen que las cosas tengan sentido. A encajar la pieza que falta. Ahora entiendo el por qué del título del documental. Pero también la canción homónima, versionada o "cover", como se prefiera, de Molotov (http://www.youtube.com/watch?v=EaIIjN2M4V4). Además, lo significativo, por lo maravilloso, de este negro Scott-Heron y su trabajo. Esto me hizo recordar otro descubrimiento excepcional, casualmente tambien estando acá en Berkeley, el de Alfredo Zitarrosa, en particular su Guitarra Negra (http://www.youtube.com/watch?v=4bgyqoHcM7k) de la mano de un español latinoamericanista. Lo mágico de ese tiempo de puja por parte de los negros afroamericanos a tener un espacio en esta sociedad. Y como después, gracias a distribución de drogas en los barrios de negros, entre otras cosas, desmovilizaron esos esfuerzos. Disculpa la digresión, pero a veces mi memoria se mueve como un colibrí.

  2. Con respecto a lo que mencionas sobre Brother, casualmente en estos días había estado pensando en algo similar. Complementando lo que dices. Una vaina es leer sobre revolución, estudiar sobre revoluciones, y otra muy distinta es HACER revolución.Berkeley es una ciudad que se considera a si misma una ciudad intelectual, dentro de lo que se conoce la Bay Area (Area de la Bahia de San Francisco). Donde San Francisco es la ciudad liberal, y Berkeley es la parte elitista, de la intelectualidad de UC Berkeley y el Lawrence Berkeley Laboratory. Donde han laborado algunos premios nobel, para dar una medida. Digo esto, porque es muy común ver en un café a alguien leyendo a Marx, Lenin, obras de la revolución mexicana, filosofía muy variada, etc. También se anuncian charlas y foros sobre la situación del mundo o latinoamerica, y en particular, a veces, sobre Venezuela. Y a veces da risa cuando tratan de teorizar sobre lo que pasa en nuestro país.Igualmente algunos mexicanos, que al saber que uno es de Venezuela, comienzan a preguntar, y también a opinar con respecto a lo que pasa en Venezuela.Ambas situaciones me hacían pensar en eso, conjunto con lo que habia leído en otro de tus artículos. El tratar de mirar desde la superficialidad lo que ocurre pueblo adentro, revolución adentro. Claro, tu, como Scott-Heron, lo ven desde dentro. Del sujeto que, siendo sujeto de revolución, los asumen como cliché, como moda… Como me dijo un mexicano en el café hoy, hablando sobre la reunión de los jóvenes con Chavez: Claro, los jóvenes hoy en día se identifican con el Ché. Y le comentaba: no, aquellos se identifican más alla de levar una franela, de una postura, de un cliché. Ellos participan en formar EL PODER POPULAR, y se hacen sujeto de gobierno. Inciden no solo en las decisiones de gestión; sino también, y más importante, en la definición de políticas.Y es eso lo que esta en juego!!!Un abrazo,

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