El maestro pensador, 3

Ideas…

Aprendió desde muy joven a cultivar el oficio
de escribir para que lo invitaran a programas de televisión.
Interrogado
imposible saber si le asalta una inquietud profunda
o un terrible dolor de cabeza.

Sus ideas envejecieron.
Tanto se acartonaron
que empezaron a ser publicadas como patrones
en las revistas de manualidades
como vestiditos de
muñecas de papel.

En nombre del sagrado derecho a evitar un escándalo
se olvidó de la audacia profana
y se hizo anodino, inofensivo, predecible
un peón de la rutina
narrada en perfecto charlatán.

Se acostumbró a ofrecer balances
que siempre confirmaban sus predicciones.

«
Como lo habíamos dicho…
Como todo el mundo sabe…
«

Aspirante a una columna dominical
que alguien, por favor, le «aperture» un espacio
(como dicen los bien hablados)
y nos deje a todos tranquilos

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