Cuando planteo revisar la relación entre el partido/maquinaria y la amplia base social del chavismo, como precondición para atacar la crisis de la polarización chavista, no estoy formulando una crítica a rajatabla de la forma partido, sino del partido realmente existente, de su lógica de funcionamiento. Ni siquiera es un cuestionamiento de la «maquinaria», necesaria para ganar elecciones.
Lo que hay que revisar y cuestionar radicalmente es la lógica de funcionamiento del partido/maquinaria. Caso contrario, se acentuará la crisis de la polarización chavista y se reforzarán las tendencias que apuntan claramente a la burocratización de la política. Esta crisis de polarización se produce desde el momento en que comienza a percibirse al chavismo popular como «masa de maniobra» electoral, signo inequívoco de su alienación de lo popular. Se produce la clausura del proceso de interpelación mutua entre partido/maquinaria y chavismo popular, y el objetivo estratégico deja de ser la construcción del socialismo, el autogobierno popular, la construcción de poder popular, y pasa a ser ganar elecciones.
La lógica de funcionamiento del partido/maquinaria supone, de hecho, un falso problema: es necesario tener mayoría para llegar a la táctica revolucionaria. Dicho de otra manera: es necesario ganar elecciones para que la revolución sea posible, no importando si para alcanzar victorias electorales se adoptan tácticas anti-populares y propias de la vieja partidocracia, porque el fin justificaría los medios. Es al contrario, y ya lo planteaba Rosa Luxemburgo: «no se llega a la táctica revolucionaria a través de la mayoría, sino a la mayoría a través de la táctica revolucionaria». Es aplicando la táctica revolucionaria – la contienda electoral como un episodio más del proceso permanente de acumulación y construcción de poder popular – como se llega a la mayoría. Puede suponerse que a eso se refiere justamente el Presidente Chávez cuando habla del «voto estratégico». Lo «estratégico» no es triunfar en la contienda electoral, sino la construcción permanente de poder popular, la democratización radical de la sociedad venezolana. Es construyendo poder popular como el chavismo se convertirá en una fuerza invencible en contiendas electorales.
El partido/maquinaria desmoviliza en lugar de movilizar. Ciertamente, es medianamente eficaz para organizar grandes concentraciones, pero esto no equivale a eficacia revolucionaria, sino a su simulacro. Reúne, concentra, aparenta movilizar, mientras abandona la política de masas, la política propiamente revolucionaria. Concentrar es distinto de acumular, sumar fuerzas. Allí donde el contacto «cara a cara» es espasmódico, irregular, excepcional, no la práctica regular de la militancia sino la «aparición» repentina del «candidato», es inevitable que éste sea interpretado como demagogia.
Un partido/maquinaria alienado del pueblo, no «controlado» por el mismo pueblo, sino por burócratas devenidos en políticos, es fuente permanente de malestar: desmoviliza, desmoraliza y es una de las fuentes de las que bebe el hastío por la política que ya expresa parte del chavismo popular. El 24 de marzo de 2007, el Presidente Chávez advertía que el naciente PSUV debía ser «un partido controlado por el pueblo», no al contrario. Agregaba: «Debe ser capaz de diluirse en la masa superior que es el pueblo, no imponerse al pueblo, ¡subordinarse al pueblo!». Si éste se moviliza – ¡más de 5 millones 400 mil votos en las parlamentarias! – lo hace casi siempre a pesar del partido/maquinaria, y no gracias a él.
Más que preguntarnos por qué una parte del chavismo ha dejado de votar, intentando resolver la incógnita con discursos moralizantes – sobre la supuesta «inmadurez» popular o la pretendida ausencia de claridad política de las masas populares – hay que interrogarse sobre las razones que impiden a la dirección política de la revolución bolivariana movilizar al chavismo popular en pleno.
Si, como planteaba Simón Rodríguez, «la fuerza material está en la masa» y «la fuerza moral en el movimiento de la masa», entonces la desmovilización popular es consecuencia no sólo de su desmoralización, de su hastío, sino de la insuficiencia de «fuerza moral» en el seno del propio instrumento político de la revolución bolivariana. Cientos de miles – y tal vez millones – de militantes de probada vocación democrática, revolucionaria y popular, coexisten con unos cuantos centenares de burócratas, corruptos, oportunistas y estalinistas sobre los cuales se posa la mirada de reprobación del chavismo popular, que está lejos de tolerarlos de manera cómplice o resignada. Centenares o miles, eso no es lo más importante. Lo decisivo es que seamos capaces de entender la oportunidad que implica saber que son minoría.
Enfrentar la crisis de la polarización chavista, como condición previa para repolarizar la sociedad venezolana, pasa por abandonar la lógica del partido/maquinaria y recuperar lo que podría denominarse la lógica del partido/movimiento. Esto es, siguiendo a Simón Rodríguez, un partido con la suficiente «fuerza moral» para propulsar la movilización del chavismo popular. Frente al estancamiento, movilización popular, y ésta sólo es posible adoptando tácticas revolucionarias, recuperando los mecanismos de interpelación popular, escuchando al pueblo, incluso aprendiendo de él, no dándole la espalda. «Recuperar la pasión», decía el Presidente Chávez el pasado sábado 2 de octubre.
Recuperar la lógica del partido/movimiento, del partido en movimiento, pasa por dejar de considerar a los movimientos sociales – las múltiples formas de organización popular que trascienden al partido – «como simples correas de transmisión». Ya basta de prepotencia. De nuevo, recordar las palabras del Presidente Chávez el 19 de abril de 2007: «Pudiéramos resumir eso como subestimación de los movimientos sociales. Hay partidos que consideran que el movimiento obrero, el movimiento campesino, las mujeres, los movimientos indígenas son correas de transmisión y por tanto sólo para manipularlos, para utilizarlos, porque la elite del partido, esclarecida, no requiere de la participación directa de las masas o de los movimientos sociales o de las multitudes».
Implica, de igual forma, estar prevenidos frente a los equívocos que pudieran derivarse de la misma noción de «base social del chavismo» o «bases del partido», como si éstas constituyeran la «base» de una estructura piramidal, encabezada por una elite esclarecida. De la misma forma que sin obrero no hay patrón, sin bases no hay partido, mucho menos elites esclarecidas, sino una caricatura de partido revolucionario. Siguiendo con la analogía, la lógica del funcionamiento del partido/movimiento se asemejaría a la de una fábrica sin patrón. Una fábrica de cuadros, de líderes revolucionarios, que es distinto, y quizá lo opuesto, a la autoridad fundada en el patronazgo.
Para prevenir posibles malentendidos, el partido/movimiento no supone ausencia de «disciplina». Para decirlo con Daniel Bensaid, «la democracia de un partido toma decisiones colectivas que tratan de actuar sobre relaciones de fuerza para modificarlas. Cuando los apresurados detractores de la ‘forma partido’ pretenden liberarse de una disciplina asfixiante, en realidad vacían cualquier discusión de lo que está en juego reduciéndola a un foro de opiniones que no compromete a nadie: después de un intercambio de palabras sin decisión compartida, cada uno puede volver a irse tal como vino, sin que ninguna práctica común permita comprobar la validez de las posiciones en presencia». Pero tampoco disciplina sin democracia, equivalente a imposición. Ya basta de chantajes. Al contrario, «plena libertad de debate, y esa debe ser una de las características más profundas del nuevo partido, el debate… y más debate desde las bases. No un debate circunscrito a una elite, a una cúpula, a un cogollo», como expresara el Presidente Chávez el 24 de marzo de 2007.
El predominio de la lógica del partido/maquinaria ha terminado por darles la razón a los militantes y activistas que optaron por mantenerse al margen del partido, sin que esto implicara mantenerse al margen de la lucha por profundizar la revolución bolivariana. No me refiero a los partidarios de la «despolarización» o la «tercera vía», a los partidos que alguna vez fueron aliados del chavismo, a la «izquierda» antichavista. Me refiero a los colectivos y movimientos populares, algunos de los cuales con una larga tradición de lucha, que reconocen el liderazgo del Presidente Chávez, trabajan permanentemente junto al pueblo, organizando, movilizando, construyendo, pero sin militancia formal en el partido. En lugar de desperdiciar tanto esfuerzo, tiempo y recursos para apartarlos del camino, de manera arrogante, lo que corresponde es no sólo establecer sólidas alianzas, trabajar hombro a hombro con ellos, sino incluso estimular su desarrollo. El trabajo de cooptación de los movimientos populares ha dejado un saldo lamentable de desmovilización, de adormecimiento de luchas populares que alguna vez fueron vigorosas.
La superación de la lógica del partido/maquinaria y la recuperación de la lógica del partido/movimiento permitiría la reagrupación de fuerzas dispersas e incluso desmovilizadas y desmoralizadas. En otras palabras, un paso adelante en el proceso de construcción de hegemonía popular, democrática y revolucionaria. Podría decirse que esta recuperación de la lógica del partido/movimiento es, en sí mismo, un movimiento estratégico, de carácter radicalmente democrático e incluyente. Eso es lo que quiere decir, en primer lugar, radicalización democrática. Todo lo contrario de la traducción caricaturesca y maniquea de los «encuestólogos» de la derecha, según los cuales la «estrategia» de la repolarización «se basa en la existencia de un enemigo y de un conspirador, quienes además son los culpables». No han entendido nada. ¿O acaso le temen al potencial radicalmente democratizador implícito en la noción de repolarización?
Muy bueno y pertinente Reinaldo. Ojalá tenga eco.
Muy bueno. Sin embargo, y con todo respeto, la dirigencia del partido se aburguesó y no miran a las bases. Se parece tanto al CEN de AD en los 90`s cuando los dinosaurios ni se preocupaban en escuchar a los cuadros jóvenes de ese partido (porque del pueblo se habían olvidado décadas atrás). ¿Quién va a militar activamente en un partido dónde cualquier opinión o crítica a la forma cómo se dirige y como se gestiona el proceso de cambio es considerado por la élite revolucionaria como reformista, contrarrevolucionaria y apátrida? Hay mucha gente incómoda con la manera que la "élite revolucionaria" está manejando la política y la gestión en todos sus ámbitos. Y no hablo de los opositores, disociados y demás hierbas derechistas. Mucha gente se siente decepcionada porque la burocracia se está comiendo el proceso y la falta de participación en las pasadas elecciones es una muestra de que si hubo voto castigo, pero para la mala gestión de algunos alcaldes y gobernadores. La abtención no vino de los opositores, sino de los nuestros que reflejaron su descontento por tantos errores acumulados y no rectificados.La "élite revolucionaria" debe irse y dejar paso al movimiento popular de tener el control (y autocontrol) del partido si de verdad queremos sumar militancia y simpatizantes al proceso. Hay aristas de lo ocurrido el 26-S que aún no se han debatido y no podemos seguir cometiendo errores, tácticos y estratégicos, porque estaríamos poniendo en peligro todo los logros positivos para nuestro compatriotas.Para ir de la lógica del partido/maquinaria al del partido/movimiento hay que dar un salto. Y ese salto implica pasar por encima a la prepotencia de la "élite burocrática", como dices, con disciplina y debate desde las bases. Pero también pasa por la urgente necesidad de cambiar las estructuras, de dejar de copiar el modelo burgués de partido vertical que permite el establecimiento de los "cogollos" y "élites" que alejan a las bases de su dirigencia y reinventarse un modelo de organización horizontal donde las bases sean su dirigencia, así garantizamos, en una posición de iguales, a que nadie va a dirigir sin el consentimiento de sus pares. Y dar el ejemplo, tanto en el premio como en el castigo.Simón Bolívar lo dijo claramente: "En el orden de las vicisitudes humanas no es siempre la mayoría de la masa física la que decide, sino que es la superioridad de la fuerza moral la que inclina hacia sí la balanza política."Y hace falta fuerza moral. En eso debemos trabajar.¡Saludos camarada!
Amigo Reinaldo, considero muy bien el análisis, como que te disteis cuenta que la maquinaria fue utilizada nada más para ganar elecciones,lo ideologico y la verdadera identidad con las masas solo ha sido procupación del lider, de Chavez, fuera de allí ¡Nada! pura palabreria. Pero lo importante es que, tarde pero nos hemos dado cuenta que es necesario sustituir el partido maquinaria por la organización politico-ideologico, expresion del pueblo
Reinaldo:Sí, como dejas entrever, aquí hay muchos estalinistas en las cúpulas. El problema mayor es que son mayoría allá arriba, no hay que caerse a cobas. No es posible repolarizar si no se baja en poder a las masas, no en retórica, la retórica en ese sentido ha sido usada en cierta medida como trampa caza-bobos, pero no funciona en la realidad, no puede funcionar porque aparte de ser pura retórica es absolutamente incompleta, difusa, sin deseos de ir a las profundidades. Yo en particular siempre prefiero la idea de movimiento y no de partido, pero no ataco tampoco con alguna lógica razonable la idea de partido, a rajatablas, en estas fases.Tú entiendes perfectamente que la democracia es otra cosa que lo que tienen en mente muchos de nuestros jerarcas, pero el camino que tratan de trazar es claro: "tomen algunas migajas de poder y sigan siendo correas de trasmisión, que aquí estamos nosotros, los iluminados, para trazar el camino".Mientras, es indudable que, al menos, hay que ganar elecciones. Y a propósito de eso: ¿Quién fue el de la brillante idea del registro militar para ciudadanos entre 18 y 60 años? Esa es una buena manera de jugar a seguir restando votos, no me jodan. Esa gracia puede salir cara, créelo, ya he escuchado bastante comentarios al respecto.RL.
Gustavo:Ojalá. Pero eso depende principalmente de nosotros.¿Leyeron bien a Noel?: "Hay mucha gente incómoda…". Y eso es una manera bastante elegante de decirlo.Un abrazo cámara.¿Leyeron bien a Jesús Salas?: "la verdadera identidad con las masas solo ha sido procupación del lider, de Chavez, fuera de allí ¡Nada! pura palabreria".¿Leyeron bien a RL?: "No es posible repolarizar si no se baja en poder a las masas, no en retórica, la retórica en ese sentido ha sido usada en cierta medida como trampa caza-bobos, pero no funciona en la realidad, no puede funcionar porque aparte de ser pura retórica es absolutamente incompleta, difusa, sin deseos de ir a las profundidades".En este blog suena como un leve rumor. En la calle, va tomando la forma de estruendo popular.
Que buen artículo. Hay varias cosas que me parecen claves: la juventud y esa prepotencia de la que hablas. Además comprender que cuando se habla de partido en tu artículo no es más que un calificativo porque esto sucede en casi todas las e …structuras del Estado que no pretenden dejar de ser cada vez más jerárquicas, mas represoras de la creatividad, crear mayor hastío en sus trabajadores y trabajadoras, ahogar sus impulsos para que ésta, pues pueda mantener su estatus. Ante cualquier debate o crisis esta burocracia prefiere quedarse sentada, que dialogar, que sentarse entre iguales y por ello insistía Chávez también cuando decía que quería sindicatos, que quería control obrero y por eso también su constante aplauso a las iniciativas juveniles que dan la batalla, por eso, diría yo tanto rapero ha aparecido con Chávez cuando todavía hay instituciones por ahi que no creen y despachan estas iniciativas acusandolas de capitalistas. En todo este paquete hay que preguntarse quién le esta hablando a la juventud, cómo este partido maquinaria supone que esta haciendo este trabajo de incluir en un proceso millones de nuevos votantes, incluirlos, no hacer que voten, incluirlos y cómo han sido tan prepotentes e ineficazces las políticas juveniles en este sentido porque juventud viene a ser sinónimo, para este partido maquinaria, de inmadurez, de ignorancia, indisciplina, inmoralidad, superficialidad, rebeldía sin causa. es la prepotencia de la que hablas y así la burocracia despacha todo el movimiento popular real desde las bases, lleno de resteo, de riesgos, de pasión, de transformación e inclusión que realmente estan haciendo sectores de la juventud cada vez más invisivilizados y asfixiados. Si alguien presume que la burocracia, los estalinistas y los corruptos solo están viviendo de sus sueldos y de los nuestros y enchufando a todo aquel que les haga el coro sin quejarse pues también le digo que aplican políticas del desprestigio y de desgaste constantemente para no dejar que suceda lo que todos queremos de una vez, chavéz y el pueblo sin intermediarios
¡Salud Reinaldo!…Por respeto a los creyentes y tal, no voy a inmiscuirme en ese peo de que si la voz del Pueblo es la voz de dios o que si la voz de Chávez será las voz del Pueblo o viceversa…pero de lo que si estoy ABSOLUTAMENTE SEGURO hermanito, es que tu voz, en este artículo y en los que le preceden, es la voz, es el sentir, es el pensar de cientos de miles de compatriotas que estamos del lao`de acá…es más, me atrevería a decir que de millones, si consideramos que de esos cinco millones y pico que fuimos a votar por los “nuestros”, un buen bojote fuimos con el estómago vacío, por si acaso, y un disimulado pañuelito en las narices…De lo que si no estoy muy seguro es del verbo ese que utilizas, recuperar…el PSUV nunca ha sido un partido/movimiento, y aunque sus siglas engañosamente indicaran lo contrario, el MVR tampoco lo fue. Comparto el espíritu que se manifiesta cuando dices “Lo decisivo es que seamos capaces de entender la oportunidad que implica saber que son minoría”, cuando te refieres al comemierdismo chavista, pero tampoco estoy tan seguro de que sean una minoría en la dirección nacional, en el resto de las direcciones regionales y mucho menos en la llamada administración pública.Un abrazote.
qué buen analisis! ahora comprendo mejor por qué me incomodaban tanto las declaraciones de Iris Varela cuando pidio la intervencion del PSUV, (o en todo caso el fragmento que Aporrea cito para ilustrar la cosa) "Hay que hacer una revisión (…) Hay problemas matavotos"; La preocupacion es solo electoral, parece que entre los dirigentes ya nadie habla de "proceso"? Saludos
Ese es mi Reinaldo!!! Me encanta porque hablamos el mismito idioma. Mira lo que escribí al respecto allá en 2008: http://carolachavez.blogspot.com/2008/08/ms-grande-que-el-partido-ms-grande.htmlMuchos besos!!!
Este análisis es tan pero tan correcto, que lo ayuda a uno a comprender como muchachos y muchachas tan jovenes del Psuv, hablan como aburguesados, con una arogancia y una prepotencia muy lejana del quehacer popular. Yo lamento muchísimo como los jóvenes psuvistas, que se supone son la vanguardia, se han convertido en burócratas, pendientes del quince y último. Es my doloroso. Al único que parece molestarle eso es al presidente de la República. Pero de resto, no se observa una preocupación en la dirección alrededor de esta desviación que está socavando el futuro de la revolución. El pueblo observa y calla. Pero emite su opinión cuando debe hacerlo y eso acaba de ocurrir. No ganó la oposición, perdió el chavismo porque que pueblo sancionó a los burócratas que visitaron los barrios por primera vez en muchos años. Felicito a Reinaldo porque describe exactamente lo que se siente y lo que se piensa en la comunidad.