El mico-mandante de El Nacional y la dictadura

Cada vez que presencio un episodio tan grotesco como el protagonizado por el diario El Nacional, con la mancheta rabiosa y miserablemente racista y denigrante de su edición del viernes 24 de septiembre de 2010, recuerdo ese texto hermoso, apasionado y extraordinariamente lúcido que es La revolución rusa, de Rosa Luxemburgo.

El Nacional, viernes 24 de septiembre de 2o10. A/7. La mancheta a la izquierda, debajo de la editorial.

En él, Luxemburgo no sólo destaca la grandeza del Octubre revolucionario, sino que señala algunos de los desaciertos de Lenin y Trostky. A su juicio, había sido un error la decisión de no convocar a elecciones para una nueva Asamblea constituyente, que expresara la correlación de fuerzas resultante del triunfo de la revolución bolchevique. Una en particular, de entre todas sus aseveraciones, destaca por su franqueza: «La libertad sólo para los partidarios del gobierno, sólo para los miembros de un partido – por muy numerosos que puedan ser – no es libertad. La libertad es siempre únicamente la del que piensa de otra manera. No es por ningún fanatismo de ‘justicia’, sino porque todo lo que de pedagógico, saludable y purificador tiene la libertad política depende de esta condición y pierde toda eficacia si la ‘libertad’ se convierte en privilegio».

Suficientemente persuadido de los riesgos que entrañan las burdas analogías, y por tanto dispuesto a guardar las debidas distancias históricas, estoy convencido, sin embargo, de la absoluta vigencia de las palabras de Rosa. Porque es cierto que la libertad es siempre únicamente para el que piensa distinto.

Lo que resulta totalmente intolerable es que en nombre de la libertad en abstracto, un pequeño grupo de privilegiados haga impune apología de la aniquilación del enemigo político. Tal es lo que ha hecho El Nacional, cuando a propósito de la muerte del Mono Jojoy, comandante guerrillero de las FARC, ha publicado en sus páginas: «Murió el Mono y queda el mico». Si muerto el Mono Jojoy lo que queda es el mico (el mico-mandante, según los usos del lenguaje antichavista), ¿quién puede dudar que El Nacional desea – y lo expresa públicamente – la muerte del comandante Chávez?

La mancheta en la edición digital de El Nacional.

¿Qué hacer frente a la barbarie ilustrada de los medios burgueses? ¿Cómo enfrentar tan graves demostraciones de odio, que son como escupitajos contra la dignidad humana? Esto es motivo de un amplio debate en el seno del chavismo. En circunstancias similares, he tomado posición en contra del cierre de medios, porque creo que a las miserias de los medios burgueses debe respondérsele con medios dignos de ser llamados democráticos y revolucionarios.

Pero es probable que la misma Rosa Luxemburgo – cuya memoria ha sido mancillada por cierta historiografia que, descontextualizando sus afirmaciones, ha pretendido presentarla como enemiga de los bolcheviques – no opinara de la misma manera. En el mismo texto escribía también: «Cuando después de la revolución de octubre toda la clase media, la intelligentsia burguesa y pequeño-burguesa, boicotearon durante meses al gobierno soviético, paralizaron el tráfico ferroviario y las comunicaciones postales y telegráficas, el sistema escolar y el aparato administrativo, oponiéndose así al gobierno obrero, todas las medidas de presión estaban evidentemente justificadas; había que utilizar la desposesión de derechos políticos, de medios de subsistencia económicos, etcétera, para romper con mano de hierro la resistencia. Entonces se manifestaba justamente la dictadura socialista, que no puede retroceder ante ninguna medida de fuerza para imponer o impedir determinadas medidas en interés de la comunidad».

Léase bien: todas las medidas. Mano de hierro. Desposesión de derechos.

Rosa Luxemburgo se oponía a la supresión de derechos de las clases trabajadoras («Sin elecciones generales, libertad de prensa y de reunión sin restricciones, sin una libre lucha de opiniones diversas, la vida desaparece de todas las instituciones públicas, se convierte en una vida aparente y la burocracia pasa a ser el único elemento activo»), pero no contra las clases enemigas de los trabajadores.

Más aún, Luxemburgo afirmaba: «El error fundamental de la teoría leninista-trotskista es, precisamente, que opone, exactamente igual que Kautsky, la dictadura a la democracia. ‘Dictadura o democracia’, reza el planteamiento tanto en los bolcheviques como en Kautsky. Éste opta naturalmente, por la democracia y precisamente por la democracia burguesa, ya que la sitúa como alternativa a la transformación socialista. Lenin-Trotsky optan, por el contrario, por la dictadura en oposición a la democracia y, consiguientemente, por la dictadura de un puñado de personas, es decir, por la dictadura según el modelo burgués. Se trata de dos polos opuestos y ambos están igualmente alejados de la política verdaderamente socialista. El proletariado jamás puede, una vez tomado el poder, seguir el buen consejo de Kautsky, bajo el pretexto de la ‘inmadurez del país’, y renunciar a la revolución socialista y dedicarse solamente a la democracia sin traicionarse a sí mismo, a la Internacional y a la revolución. Tiene el deber y la obligación de adoptar inmediatamente medidas socialistas del modo más enérgico, intransigente y desconsiderado, es decir, ha de ejercer la dictadura, pero la dictadura de clase, no la de un partido o la de una camarilla, es decir, ha de conducirse a la más amplia luz pública, con la más activa y libre participación de las masas, con una democracia sin trabas. ‘En tanto que marxistas jamás hemos sido idólatras de la democracia formal’, escribe Trotsky. Cierto, jamás hemos sido idólatras de la democracia formal. Pero tampoco hemos sido idólatras del socialismo o del marxismo… Jamás hemos sido idólatras de la democracia formal y esto sólo quiere decir: nosotros distinguimos siempre el núcleo social de la forma política de la democracia burguesa, desvelamos siempre el amargo núcleo de desigualdad social y de falta de libertad que se esconde debajo de la dulce cáscara de la igualdad y la libertad formales, pero no para rechazar éstas, sino para estimular a la clase obrera a que no se conforme con la cáscara, sino más bien, que se haga con el poder para llenarlo de un nuevo contenido social. La tarea histórica del proletariado, una vez llegado al poder, es construir en lugar de la democracia burguesa, la democracia socialista, no cualquier clase de democracia. Pero la democracia socialista no comienza sólo en la tierra prometida, una vez creada la base de la economía socialista, como un regalo de Navidad acabado para el buen pueblo que entretanto ha apoyado a un puñado de dictadores socialistas. La democracia socialista empieza al mismo tiempo que la demolición del dominio de clase y la construcción del socialismo. Comienza en el momento de la conquista del poder por el partido socialista. No es otra cosa que la dictadura del proletariado. Ciertamente: ¡dictadura! Pero esta dictadura consiste en el modo de aplicación de la democracia, no en su supresión».

¡Dictadura!

Insisto: las burdas analogías históricas siempre son impertinentes. Además de sospechosas, son improductivas, estériles. A despecho de la denuncia anti-comunista y anti-totalitaria de los medios antichavistas, en Venezuela no se ha producido una revolución socialista. No gobierna la clase obrera. La economía sigue siendo capitalista. ¡Cuántos resabios persisten de la institucionalidad burguesa! Pero sobre todo hay que decir: ¡cuán infinitamente lejos estamos de una dictadura a lo Rosa Luxemburgo!

Que manchetas como las de El Nacional nos sirvan para no olvidar cuán lejos estamos de la democracia que anhelamos.

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Mientras escribía estas líneas llegó me llegó un correo cuyo destinatario se identifica como José Francisco Rodríguez. No lo conozco.

Dice: «Vas a votar por las focas ANIMAL». Probablemente en respuesta a mi artículo previo: Contra la ‘despolarización’: Por qué voy a votar por los candidatos de Chávez.


Sí, para nuestros «demócratas», los chavistas somos unos animales que vamos a votar por animales. Como el mico. Mandante.

6 Respuestas a “El mico-mandante de El Nacional y la dictadura”

  1. El Nacional trata de insultarnos, ¿pero que daño nos causa? ¿A quién convence y de qué?Esta mancheta alegrará al segmento fascista de la oposición, seguramente. Pero expresa una necrofilia ajena a los venezolanos, que somos gente de la vida.La mejor respuesta a este tipo de ataque es la indiferencia.

  2. Es muy importante,estar claro sobre nuestro actual proceso, no tenemos ya una revolución socialista, y esa es a mi jucio una de nuestras fallas, pues tendemos a creer que así es como nos debemos comportar en un proceso revolucionario. El verdadero enfrentamiento entre las clases aún no se ha producido solo escaeseos, y para éllo debemos prepararnos, en todos los campos, especialmente en el ideológico y el organizacional, pues ese evento será sin dar cuartel. El enemigo o sea la burguesía no dudará en utilizar cualquier medio para apoderarse del poder, al que no hemos llegado solo estamos en el camino

  3. Reinaldo, Medio superado el impacto de la rabia que me acaba de producir esa mancheta, lo único que puedo decirte es que es la perfecta expresión de la bajeza y ruindad de la elite desplazada del poder. Es apenas lo que puede resultar de la frustración; por la imposibilidad para concretar en un ejercicio exitoso su desprecio racista. Es que, pese a los errores en la concreción de la propuesta de una nueva hegemonia, la mayoría de los venezolanos cogieron la seña y saben dónde ha de quedar el pasado oprobioso e intuitivamente -más allá de formulaciones de gente que mucho sabe-, cada vez perfila mejor la idea de cómo ha de ser el futuro: no sólo con superiores niveles de vida, también sin imposturas,sin oportunismos, ni vivezas, con esfuerzo productivo y compromiso colectivo. Agradezco el privilegio de contar siempre contu voz de alerta. Un abrazo

  4. Comparto tu percepcion sobre la intencionalidad de la "mancheta" de El Nacional y valoro la recuperacion del "luxemburguismo" en el debate sobre Democracia y Libertad en el Socialismo. El punto nodal fue, es y sera el pueblo como objeto y sujeto de la Democracia y especialmente, de las medidas que deben tomarse para enfrentar la subversion contrarevolucionaria. En cuanto al caracter de la revolucion hoy, ello se ira resolviendo en la transicion. Lo importante es establecer el objetivo historico porque esto define la politica a desarrollar en cada coyuntura de la revolucion.Fraternales saludos,Yoel

  5. Gustavo:Hay límites compi. Esto no podía dejarse pasar.Es de ese tipo de textos: un no-dejar-pasar. No respondí por sentirme insultado.Te leo por Ciudad CCS.Abrazo.Jesús:Llámesele como se le llame, "revolución socialista" o no, si es "verdadera", es como dices: "será sin dar cuartel". Alexis (Miguelito escribió:"… pese a los errores en la concreción de la propuesta de una nueva hegemonia, la mayoría de los venezolanos cogieron la seña y saben dónde ha de quedar el pasado oprobioso e intuitivamente… cada vez perfila mejor la idea de cómo ha de ser el futuro".Qué así sea.Un abrazo.Anahí:Qué viva.Yoel:Es mucho lo que tenemos que aprender de Rosa.Un abrazo.

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