El silencio de los partidos

Henry Ramos Allup, Secretario General de Acción Democrática, partido con el mayor número de candidatos de la Mesa de Unidad Democrática para las elecciones parlamentarias

El pasado 3 de julio, en El Universal, Elías Pino Iturrieta se quejaba de que «pareciera que la oposición no estuviese al tanto de los sucesos nacionales, o no supiese cómo manejarlos en beneficio de una metamorfosis política, o simplemente formase parte de la misma inacción o de la misma indiferencia en la cual se solazan las mayorías de la población».

Haciendo gala del tono entre apocalíptico y desencantado, rayando en lo melodramático, que es característico de la derecha que se precia de ilustrada, advertía: «En pocas ocasiones comienza un régimen a dar tumbos él solo para colocarse en la orilla del precipicio, a la espera de un empujón mortal o de un piadoso réquiem». Sin embargo, seguía lamentándose, «como signo de una decadencia que no sólo concierne a un número limitado de actores», frente al penoso espectáculo de un régimen a punto de derrumbarse, se impone «un dejar hacer debido al cual pareciese que las tropelías no sucedieran en el interior de la casa, sino en latitudes lejanas». Como para estallar en llanto.

Sucede que esta inacción, esta aparente indiferencia de los partidos opositores, este silencio de los vociferadores, esta mudez de la MUD, es no sólo la condición de su supervivencia. Es, además, la vía que aconseja la encuestología – devenida en fuente de saber estratégico para el antichavismo – para suscitar la «metamorfosis política» con la que sueña Pino Iturrieta.

El silencio de los partidos opositores es condición de supervivencia porque, como lo indican todas las encuestas, son tributarios de un rechazo popular tan profundo que, tal parece, su oportunidad histórica ya ha pasado. Sin credibilidad, sin fuelle, la voz de la vieja clase política nos recuerda siempre la decadencia de la partidocracia.

Su silencio es funcional a la estrategia opositora de desgaste, de crítica de la gestión de gobierno, de denuncia de sus excesos ideológicos, que se hizo hegemónica en 2007. Mal podría la vieja clase política llevar la voz cantante de la denuncia de la ineficiencia gubernamental, de la corrupción, de los vicios de lo burocracia, porque ella misma los encarna.

El «dejar hacer» es la tarea política que le ha correspondido a los partidos opositores en estos tiempos de despolitización. Despolitización que encarna la jerarquía eclesiástica cuando acusa los «pecados» de la gestión gubernamental y cuestiona su «línea marxista-comunista». Contra esta estrategia de desgaste y despolitización hay que apuntar. No contra la Iglesia, cuya tarea consiste en sumarle votos a una vieja partidocracia que no los merece. Callar frente al silencio de los partidos opositores equivale a un silencio cómplice.

2 Respuestas a “El silencio de los partidos”

  1. A Elías se lesalió elLupita que todos los de la Oposición llevan dentropero no creo que esa gente esté haciendo mucho silencio,lo que pasa es que como dicen siempre lo mismo, la gente se acostumbra al ruido y cree que eso es parte del silencio. Pero fíjate c ya con lo de los containers tienen verde oscuro a uno. y con lo de la exhumación, ay dios!!! Tal parece no, querido: YA su oportunidad histórica pasó hace rato. Creo que somos nosotros los que no hemos tenido una estrategia efectiva para salir de ellos de una buena vez. Qué éxito si todos se largaran a colombia, aunque allá seguramente ni los querrían por ineficientes y "burros"Saludos,compañero.

  2. More:Pega el oído: están tratando de pasar agachados. No se trata, por supuesto, de que no hablen o declaren nunca. Pero está claro que no llevan la voz cantante.El antichavismo no vota por la vieja partidocracia, vota contra Chávez. El objetivo que les encomendaron fue la "unidad", pero para maximizar la posibilidad de aglutinar el voto antichavista. Es una unidad artificial, conflictiva, incluso excluyente.Luego del 26S – sería una torpeza mayúscula que sucediera antes – las diferencias saldrán a flote y se hará más visible el proceso de recomposición del liderazgo político opositor.¿Dónde está Ramos Allup, el principal beneficiario de la MUD?

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